La primera “Universidad de la Tercera Edad” fue creada en el año 1973 en Toulouse, Francia, con el objetivo de vincular el quehacer universitario con la realidad social, brindar a las personas adultas mayores espacios para su desarrollo educativo y promover la articipación de este grupo poblacional en la vida cultural, social, política y económica.
La creación de esta Universidad propició el surgimiento de las llamadas Universidades de la Tercera Edad (UTE), lo que incrementó la demanda y la oferta de oportunidades educativas para personas mayores en universidades públicas y privadas en diversas partes del mundo.
En este contexto, en 1980 el Catedrático Dr. Alfonso Trejos Willis, en el marco del IV Congreso Universitario de la Universidad de Costa Rica, presentó un proyecto dirigido a este grupo poblacional, el cual fue aprobado por el Consejo Universitario en marzo de 1986, mediante la resolución VD- 3139-86.
De esta manera, la Universidad de Costa Rica abre sus puertas a las personas adultas mayores en los cursos regulares, para posteriormente implementar cursos específicos para esta población.
Desde entonces, el Programa Institucional para la Persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM) ha procurado responder a las necesidades de este grupo poblacional, mediante la inclusión y la participación social en los diversos espacios que proporciona la Universidad de Costa Rica.
Apoyado en los principios de la educación permanente, este programa brinda nuevas oportunidades para que las personas aprendan, alternen sus actividades cotidianas con la vuelta al sistema educativo formal, y compartan con las generaciones más jóvenes sus experiencias y conocimientos.
En 1986 se inicia con una población de 300 personas. En el 2017 se reportan 2.636 estudiantes matriculados en las 232 opciones de cursos específicos y regulares. Esta cantidad de personas matriculadas en nuestro Programa, representa más del 8% de la población estudiantil universitaria en la Sede Rodrigo Facio, en el I ciclo 2017.
En estos años el PIAM ha desarrollado proyectos de educación, investigación, acción social y vinculación. En cooperación internacional para la investigación con universidades en Chile, Perú, Nicaragua, Argentina, España y Guatemala. Se participa en la subcomisión de la persona Adulta Mayor de CONARE, en la Red Iberoamericana de Programas de Educativos para mayores, y es miembro del Consejo Directivo de la Asociación Internacional de Universidades de Tercera Edad (AIUTA).
En noviembre del 2016 recibe el premio “Aportes al mejoramiento de la Calidad de Vida” en la categoría de entidad pública, otorgado por la Defensoría de los Habitantes, reconociendo así su aporte y trayectoria en los proyectos de educación y esparcimiento para la población mayor.